Planteles

domingo, 30 de octubre de 2011

El club necesita de la gente que lo ama


 Apoyar al club sólo requiere paciencia, trabajo y amor por los colores. Así Cipo Pasión consiguió un cartel electrónico que se estrenará cuando el albinegro vuelva a jugar en casa, y fuimos el enlace con la subcomisión para la pintura del paredón de O’Higgins. El mayor compromiso fue hacernos cargo de la recaudación de las entradas de la Liga Confluencia en todas las categorías, y la logística de la cantina del predio de Banco Nación.

Así como hay gente que se desvive y no puede dormir pensando en el partido, o en la cancha nueva. Hay otra gente que la pasa peor pensando en la economía del club cuando los números no cierran por ningún lado, y saben que no hay nadie dispuesto a reemplazarlos en ese “laburito”. Nuestro escenario siempre fue el primero. Pero la realidad del club es la segunda cuestión.

Hay muchos grupos de hinchas que dicen amar y dejar la vida por el club. Cipolletti no es Boca ni River, nadie se está llenando los bolsillos por la fama mundial del club. Cipo Pasión no es un ejemplo a seguir, ni la salvación del club (Dios nos libre). Pero en el transcurso del año nos dimos cuenta que teníamos que dejar la visión estrictamente crítica que veníamos aplicando desde el año 2002. Con la actual dirigencia se puede colaborar directamente. Esto no significa que todas las dirigencias anteriores nos habían cerrado las puertas, algunas sí, otras no, pero no viene al caso. Damos fe que queriendo al club se puede ayudar, incluso en lo que no somos expertos ni mucho menos.

No podemos traer refuerzos ni pagarles los sueldos como sí lo están haciendo otros grupos de hinchas. Pero a principios de año se nos ocurrió que el club tendría que tener un cartel luminoso para los cambios. Era muy caro, pero nadie nos corría para juntar la plata. Así que armamos una logística que tuvo éxito, conseguimos los premios para un bono contribución que aportó un 40% del valor del cartel, y el resto lo conseguimos nosotros por publicidad. Costó pero salió, por supuesto con la colaboración de mucha gente que también ama al club.

Otro grupo de hinchas había iniciado gestiones y “vaquita” para pintar el paredón. Tras el éxito del cartel luminoso, la subcomisión de fútbol nos dio el teléfono del pintor y nos confió la organización a nosotros. Fue antes del regalo del césped artificial así que el trabajo está sin terminar.

En agosto, cuando nos vieron trabajando activamente para colaborar con el club, otra comisión nueva nos mostró el nuevo proyecto de divisiones inferiores, nos gustó y nos invitaron a liderar la comisión que se encarga de la recaudación por venta de entradas de partidos desde primera local a décima división, y toda la logística y mano de obra de la cantina del predio Banco Nación.

Como nadie aceptó hacerse cargo de la cantina, nos hicimos cargo nosotros pese a una total inexperiencia, y contra las adversidades de las instalaciones del predio. En la venta de entradas siempre nos fue bien, en la cantina a veces nos fue bien y a veces mal. Laburamos durante tres meses obviamente sin cobrar un peso. Pero con la satisfacción de dar una mano por el club, sobre todo en divisiones inferiores que es donde se debe gestar un futuro exitoso.

No solventamos el proyecto ni ahí. Pero le sacamos una responsabilidad de encima a las personas abocadas a que el proyecto funcione. Como hinchas con poca plata era lo que estaba a nuestro alcance.

Hay hinchas que se desviven por ahorrar unos pesos para viajar en traffic a ver a Cipo. Otros que no lo pueden pagar. Trabajando en el club tuvimos hasta predisposición para negociar cuándo utilizar cierto porcentaje de recaudación para viajes. Finalmente el proyecto no prosperó pero pudimos comprobar que trabajando para el club es fácil acceder a lo que parece imposible mirando desde afuera.

Nuestro trabajo en inferiores duró tres meses, el tiempo que duró el proyecto que era lindo, ambicioso, pero no llegó el apoyo económico para solventarlo. La subcomisión de fútbol decidió volver a tomar las riendas de las inferiores (esperemos que con un proyecto similar), y en el voleo nos sacaron la responsabilidad que nos había dado la gestión del otro proyecto. Desde ya que no nos molesta para nada, hay mucha gente mas capaz que nosotros para ese trabajo, el punto es que el club nos necesita y podemos dar una mano.

Esta editorial no pretende vanagloriar logros que en ningún caso corresponden al grupo de Cipo Pasión en un 100%, ni tener una redacción admirable. Sólo queremos convencer a los hinchas que se puede dar una mano con el club, que ayudar al club es mucho más placentero que insultar a los colores o quejarse sin informarse.

Cipo Pasión está a disposición del Club Cipolletti para lo que nos pidan ayuda. Pero vos también. Si amas al club tenés que proponer, participar, opinar constructivamente y no destructivamente. Si no querés hacerlo directamente con la dirigencia que se suele reunir a la vista de todo el mundo en el bar del club, comunicate con nosotros, acercanos cartas, ideas, y nosotros se las hacemos llegar a los dirigentes.



Nuestro primer desafío fue conseguir el cartel electrónico. Nunca nos imaginamos que no íbamos a tener la cancha para estrenarlo, paciencia... El cartel ya lo tenemos y es para el Club Cipolletti.


Con la camiseta oficial firmada por todos los jugadores matamos dos pájaros de un tiro. La compramos a beneficio de un comedor comunitario, y fue el primer premio del bono contribución. La ganadora fue Gina Ferracuti, quien perteneció a Cipo Pasión hasta el año pasado, el sorteo fue muy transparente y no hubo quejas.


Laburando a full en la cantina. Muchisimas gracias a quienes nos dieron una mano, y confiaron en nosotros. Ya nos encontraremos colaborando con el club en alguna otra ocasión.