Hoy me levanté raro y muchas veces uno no sabe por qué… hasta que al mediodía me llegó la respuesta… Llegaron las maquinas!!!
Comenzaron los trabajos !!! Y me fui hasta La Visera, estacioné frente a la pared derribada de la tribuna visitante… pude entrar entre escombros… y la vi…
A un costado montículos de césped amontonados… luego de unos pasos pise el área del arco de calle O’Higgins, miré las tribunas y me aplastó la historia. En los tablones de madera vi a mi viejo… tomándome de la mano esperando que el Gallego Perales convierta el último penal que nos llevaría por primera vez al Nacional.
Vi a mi hermano entrando a la cancha… vi a mis amigos en cuero y gritando… y me vi a mi… jugando un preliminar de Cipo – Newell’s... Me vi corriendo a la salida de quinto grado haciendo un puñado el guardapolvos para hacer la cola porque ese día Cipo recibía a River a las 21… seguí viendo muchas cosas… vi a mi hijo dando una vuelta olímpica en un Mundialito.... Viaje, soñé, me fui muy lejos…
Y me despertó el maquinista: "Qué pasa amigo, lo veo triste..".
- ¿Sabes qué pasa Mario? –viéndolo hasta como el culpable de mi corazón abierto- con esa pala no te vas a poder llevar nada!!. ¿¿Vos sabes lo que estas cargando??... Estas cargando huellas… las huellas de los que nos hicieron lo que somos…
Las primeras gambetas de Maradona en la selección, los cierres de un tal Beckembauer en un amistoso contra el Cosmos, atajadas del Pato Fillol y del Loco Gatti, las raspadas de Blas Giunta, la elegancia del Ruso Strak, los piques del Bambi Flores, los codazos disimulados del Turco Yanani, la sangre del Indio Solari, el empujón del pelado Sotelo para convertir y llevarnos al primer Nacional B, las lágrimas del descenso, el llanto contra Antoniana, el cabezazo del Loco Padua para ascender otra vez... y necesitaría un siglo para seguir contándote.
- Entonces, te das cuenta Mario, que con esa pala no alcanza, que se necesita una flota para cargar esta historia.
Ah, y disculpame pero pedí otra retro, por que en el otro arco tenes que levantar las cenizas de Alberto y aunque te parezcan livianas, el peso de su corazón y la pasión por el negro y blanco requieren un viaje único…
Te vas a llevar los pases de mis amigos… los abrazo de gol, los gritos de la gente… todo en este césped que siempre fue el mismo…
No, no. Ni lo sueñes, no vas a entender nunca estas lágrimas....me llevo este pedazo de césped a mi casa porque necesito saber que algo de todo esto se salvo… que algo salvé… Que no todo cambió.
Hasta siempre.
Marcelo Zárate
PD.: No soy parte de esta decisión, si de la aceptación, creo en las renovaciones, en los cambios,… ojalá mis hijos un día sean partícipes del recambio del nuevo piso y sientan la misma angustia por haber vivido una historia similar...
Quiero sentir que no me equivoco siendo testigo de este cambio… Pero no puedo evitar sentir que hoy es un día jodido y lo quiero compartir.
Quizás solo algunos me entiendan… seguro serán lo que pisaron ese césped…