Planteles

lunes, 16 de abril de 2012

Héroes del silencio

Cipolletti sumó los puntos justos y necesarios para no descender al Argentino B. Cumplió el objetivo del nuevo proyecto de austeridad en el fútbol del club: salvar la categoría como sea, despidiendo algunos jugadores y bajandole el sueldo al resto. La gran mayoría de los jugadores se quedó a pelearla, y el cuerpo técnico comandado por Rogger Morales, asumió el compromiso pese a las condiciones en que dejaron al fútbol los dirigentes que habían asumido su compromiso por un año, y se fueron con las cuentas en rojo, a dos puntos del descenso, y retiraron el apoyo económico para pagarle a dos jugadores.

Tenían para quejarse, para criticar, y hasta para irse en diciembre. Los jugadores, calladitos, jugaron al fútbol, y salvaron a Cipolletti de un descenso cantado.

Ahí apareció gente que quiere verdaderamente al club, como Henry Homann, que movió cielo y tierra para retener a Oscar Negri. Laburo fundamental para que hoy Cipo este de festejo. En Comodoro Rivadavia, Cipolletti jugó una verdadera final. La tuvo para ganarla, la tuvo para perderla, convirtió, sobre la hora le convirtieron, y sufrió dos minutos finales horrorosos, al mejor estilo Cipolletti.

El Capataz de la Patagonia sumó 34 puntos, muy pocos, los justos y necesarios para salvar la categoría, mas un changüí, ahora juega los play off por el ascenso al Nacional B. Es tiempo de festejar y relajarse. Ya vendrán meses de receso para poner los pies sobre la tierra y preguntarnos: qué nos pasó, por qué tenemos un presupuesto de Argentino B, si así pretendemos salvar la categoría muchos años mas, y cómo evitar que quien promete bancar un proyecto por un año, huya a los seis meses y nos deje al borde del abismo.

Cipo es grande, esta vez se salvó gracias a gente que lo ama y pone el pecho por los colores. Atributos de futbolistas que enorgullecen a los hinchas. Pero para aspirar al progreso deportivo además hace falta apoyo económico. Si no aparece, se seguirá sufriendo hasta el final de los torneos, y La Visera seguirá extrañando a aquellas 4 mil personas que la llenaban de alegría domingo a domingo.