Planteles

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Los números de la Era Pancaldo

El entrenador santafesino sumó el 72% de los puntos en
La Visera y sólo el 22% afuera. Fue líder en Fase Regular,
colista en Fase Final, y quedó en la mitad de los play-off.
Este año Cipolletti jugó 37 partidos, ganó 16, empató 5 y perdió otros 16. Consiguió el 48% de los puntos en juego. Los números fríos son malos. Si se dividen en las tres fases que jugó Cipolletti, favorecen mucho la primera y la última, y el déficit recae sólo en largo trago amargo de la Fase Final.
 
En una zona sur muy competitiva y pareja, Cipolletti terminó primero. Es cierto, en la última fecha, cuando el presupuesto propio y la irregularidad de los rivales permitían una clasificación mucho más cómoda. Aún en la misma irregularidad del resto, Cipo clasificó primero y punto, fue el mejor, pese a ser ésta etapa puntualmente la mas afectada por las lesiones graves, el equipo de Pancaldo se repuso a todo y clasificó.
 
Se decía que la zona sur era menos competitiva que las del norte, y en la Fase Final quedó confirmado cuando los tres clasificados quedaron en el fondo de la tabla perdiendo partidos de local. En Cipolletti, que es el que nos interesa, se llegó a las cinco derrotas consecutivas. La gente no entiende de lógica, y no tiene por qué interesarle el presupuesto y manejes de quienes deben llevar las cuentas. Jamás los hinchas de Cipolletti se contentarán con ver a su equipo en el fondo de la tabla, ni estarán satisfechos por el sólo hecho de haber clasificado.
 
El duro paso a paso del tetradecagonal sembró dudas de cara a los play off. Pero ahí reapareció lo mejor de Cipo al ganar de visitante en Concepción, y a cancha llena darle vuelta la serie al siempre complicado San Martín de Tucumán. Quedaba una victoria más a estadio repleto ante Unión Aconquija, pero esta vez fue con un gusto a poco que se justificaría cinco días después en Catamarca.
 
La campaña de visitante fue tan mala como en los últimos cinco años, desde 2011 se ganaron dos o tres partidos anuales fuera de La Visera. Este año fueron tres, pero fueron tres triunfos fundamentales en lo anímico y deportivo. Ante Ferro en Pico tal vez fue el momento mas crítico del cuerpo técnico, y el plantel lo defendió donde debía hacerlo. Ni hablar del histórico triunfo/paseo en “La Chacra” bajando a Independiente y dejando a Cipo arriba de todos. Y un empujón bárbaro en Concepción de Tucumán para dejar atrás la Fase Final y encarar los play-off con todo optimismo.
 
“Ganar tan poco de visitante obliga a ganar siempre de local para acercarse al ascenso. Tal como lo hizo Unión Aconquija”.
 
Los clásicos contra Deportivo Roca merecen párrafo aparte, porque para la gente son partidos especiales. La campaña empezó en el Maiolino con una derrota 1 a 0, mal debut en el resultado y en el juego. La revancha dos meses después en La Visera fue baile y triunfo albinegro con gol de Zbrun, una fiesta que revitalizó al equipo de Pancaldo. Y en el debut de la Fase Final chocaron nuevamente en Roca, en el juego merecieron los naranjas pero chocaron con una tarde espléndida de Caprio. Sobre la hora Negri puso en ventaja a Cipolletti, Roca sacó del medio y lo empató. Estuvo muy cerca de otro golpe el Capataz, que por el trámite era injusto.
La eliminación ante Unión Aconquija paradójicamente fue más por el triunfo en La Visera que la derrota en Catamarca. El agotamiento del equipo fue evidente y se agrandaron los catamarqueños hasta descontar. Unión tenía dos semanas de descanso, y en ese lapso Cipo había jugado cuatro partidos, incluyendo dos viajes a Tucumán en colectivo. No es excusa. Los catamrqueños se ganaron ese derecho al hacer una buena Fase Final, y Cipo pagó las consecuencias de terminar en el fondo de la tabla.
 
En Pico, en Neuquén y en Tucumán, el equipo se
fortaleció, pero ganar tan poco afuera obliga a ganar
siempre de local.
En diciembre de 2014 Cipolletti salió campeón de la Liga Confluencia. Hubo guiños dirigenciales a favor de armar la base del equipo a partir de las mejores proyecciones del equipo local, pero todo se diluyó en febrero cuando contrataron a 11 jugadores señalados por el flamante DT. Pancaldo tiene razón en que no contó con una base del torneo anterior, básicamente porque esa campaña fue decepcionante. Con buen tino retuvo a Lamolla, Negri y Carrasco.
 
Las lesiones tampoco consolidarían a un titular de la cantera, ya que el cuerpo técnico pidió tres incorporaciones mas, y llegaron Mauri, Herrera y Vera. Ezequiel Avila apareció muy seguido, con buenos rendimientos y gol. Alternaron también Mellado, Villacorta, Prieto y Cognigni, estos dos últimos no siempre en sus puestos naturales. Strak y Ortíz Reyes apenas fueron citados y jugaron. Del Prete fue el jugador mas pedido pero no tan utilizado, y el goleador Facundo Ruiz tuvo otro año desde el banco.
 
"Los jugadores de la cantera albinegra no tuvieron la banca tras un mal partido que sí gozaron los refuerzos de afuera".

De todos los refuerzos, sólo Caprio y Perales fueron regulares en buen nivel. Otros alternaron momentos muy buenos con momentos malos y terminaron conformando la base del equipo. Relegados a la alternancia quedaron casi todos los jugadores que no lograron consolidarse al juego, a la categoría, al césped, o a lo que fuere.
 
Si bien el equipo fue muy irregular de entrada, cuando a Pancaldo le costó horrores rearmar los once por sucesivas expulsiones, también las lesiones complicaron todo para la remontada. Lamolla, Jara y Pinto se despidieron del torneo en mayo y junio. En esos días también cayeron Negri y Abraham por tres meses. Al empezar la Fase Final se desgarró Zbrun en su mejor momento. Si la cantidad de lesiones es causalidad o casualidad es otro cantar que ni siquiera estamos capacitados para responder.
 
Si la Era Pancaldo se prolonga otros seis meses, deberá hacer foco en mejorar el rendimiento colectivo del equipo, sobre todo fuera de casa, y por fin conseguir puntos lejos de LaVisera. No sólo ganar algunos partidos, también perder poco. De lo contrario deberá ser implacable e inexpugnable en casa, algo que en el pasado tampoco fue suficiente. Conseguir refuerzos que jueguen bien siempre y no de a rachas, ver de aplicar aquello de no traer refuerzos que sean reemplazables por jugadores locales. Además deberá analizar si las lesiones son mala suerte, mala preparación respecto del césped artificial; y conseguir jugadores que no se lesionen en este piso. El club por su parte deberá evaluar la conveniencia de invertir en una estructura de formativas sin consolidar titulares en el primer equipo.

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