- La columna de Juan Pablo Quintana en Cipo Pasión.
Hay una idea loca que me está dando vueltas por la cabeza y pretendo escribirla para terminar de darle forma. Lo hago con cierta culpa, es que no debería estar haciendo esto. Mañana debo presentar un coloquio que me puede dejar a tres finales del título, pero la idea loca se me sigue imponiendo y hasta que no la escriba no va a dejar de molestarme.
Tiene que ver con Cipo y con su actualidad en el Federal A. Comenzaré diciendo que la culpa es mía, o nuestra, porque sospecho que a más de uno de ustedes queridos lectores o a algunos de mis compañeros le pasa lo mismo. Repito: la culpa es mía y no es de ellos; no es de los dirigentes, de los jugadores, ni del cuerpo técnico. La culpa es mía. Es que soy yo el que cada vez que comienza una temporada se ilusiona con el ascenso, con recuperar la gloria perdida. Soy yo el que se hace una ilusión inapropiada.
Tiene que ver con Cipo y con su actualidad en el Federal A. Comenzaré diciendo que la culpa es mía, o nuestra, porque sospecho que a más de uno de ustedes queridos lectores o a algunos de mis compañeros le pasa lo mismo. Repito: la culpa es mía y no es de ellos; no es de los dirigentes, de los jugadores, ni del cuerpo técnico. La culpa es mía. Es que soy yo el que cada vez que comienza una temporada se ilusiona con el ascenso, con recuperar la gloria perdida. Soy yo el que se hace una ilusión inapropiada.
Mi preocupación es mayor cuando me doy cuenta de que este síntoma va creciendo. Porque esto me pasaba cuando arrancaba la temporada y mantenía la esperanza hasta la quinta o sexta fecha, que es un tiempo prudente para confirmar que nuestras esperanzas no coinciden en nada con la realidad. Lo preocupante es que ahora me pasa cuando Cipo acumula una pequeñita racha. Yo sé que todavía no escapamos del descenso y que lo importante pasa por ahí, yo sé que hay otros vecinos que están mucho más complicado que nosotros, yo entiendo que la derrota con penal incluido en Madryn nos hace mirar de reojo lo realmente importante que es mantener la categoría. Sin embargo aunque sea en secreto mantengo la esperanza de clasificar, y en los playoff la historia es otra.
No sé por qué me pasa. Habría que preguntarle a un hincha del Municipal Santa Ana que milita en la segunda división de Costa Rica si le pasa lo mismo. Probablemente no, seguramente el hincha costarricense no hace cuentas ni se queda pispiando el fixture hasta la madrugada a ver qué puede pasar.
La culpa es mía por buscar cualquier rachita para que me sirva como excusa y así mantener la ilusión. Deberían alcanzarme estos 18 años en el Federal A o Argentino para convencerme de que mis argumentos son escasos, igual me quedo pensando que si le ganamos a Ferro de Pico e Independiente de Neuquén de local, todavía es posible rasguñar la idea de seguir soñando con el ascenso y mantener viva la esperanza de ser inmortales.
La esperanza es lo último que se pierde , y aunque pase eso, voy a seguir yendo a la cancha a alentar al albinegro.
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