Planteles

martes, 1 de mayo de 2012

Terminar con la lucha de egos

Se imponen tiempos de análisis. Pero de análisis serios y concienzudos. El fútbol de Cipolletti atravesó una temporada para el olvido y haberse salvado del descenso no es motivo de festejo. Sí una alarma a futuro. Muchos piensan que los últimos "movimientos" dirigenciales fueron acertados: acabar con el ciclo de Lorenzo Frutos, darle su cargo a Rogger Morales, recortar presupuestos, no traer refuerzos, apelar a los juveniles de la cantera, tener bien lejos a Perilli, y varios etcéteras más.

"El cierre de la temporada le va a terminar saliendo bien", decía un colega el domingo 22 en La Visera, antes que el equipo cayera con Libertad de Sunchales. Su mirada estaba clavada en el palco oficial, donde Julio Arriaga y algunos dirigentes disfrutaban de esa previa. Se refería a que Cipolletti cumplía con mantener la categoría siendo uno de los planteles más baratos y con menos experiencia del Argentino A. Claro, lo que obviaba el amigo en cuestión es que esta dirigencia no es nueva y que el mal pasar no es una herencia, sí consecuencia de malas decisiones. Algunos nombres cambiaron, otros rotaron, pero en general los que digitan se mantienen.

Las diferencias y las luchas se imponen. Los que defienden los ciclos actuales (dirigenciales y futbolísticos) y los que esperan que derrapen para tomar el mando. Eso sí, nadie habla de proyectos. Todos son espasmos en medio de la nada. La instalación del césped sintético en La Visera fue una de las decisiones más importantes de las últimas décadas, pero la tomó entre gallos y medianoche un directivo (Juan J. Chelía) llegado de Neuquén, que reconoció "saber poco y nada de fútbol" y que se fue hace poco siendo vicepresidente de la institución. Chelía se quedó solo (o lo dejaron) con la responsabilidad del fútbol y ejecutó como pudo y quiso. Lo mismo pasó cuando estuvieron otros, llámense Luis Boschi, la empresa OPS o el mismo Arriaga. Hoy el hartazgo es general, de hinchas, jugadores y colaboradores. Constantemente se habla de "refundaciones", de nuevas ideas. Pero siempre se interponen las luchas de egos.

Sebastián Busader, para Río Negro.