El nuevo Cipo y lo que quiere dejar atrás

Sosa es refuerzo repatriado, y será baja. La frutilla del
postre de un Cipo que mantuvo la base y se reforzó bien.

Cipolletti contrató a un arquero, un defensor, tres volantes y un delantero. Medina, Sosa y Prieto son probadas piezas esenciales. Alasia, Vilce y Giménez fueron contratados para completar lo que faltó la última temporada.

Tomando los últimos cuatro años, Cipolletti contrató y promovió 41 jugadores que por una u otra cosa (la mayoría por pobre rendimiento) ya no están en el plantel. Seis arqueros: Ferreyra, Vázquez, Schonberger, Molini, Caprio y Facundo Avila. Diez defensores: Ferrari, Tello, Solis, Salinas, Perales, Tomás Prieto, Madrid, Herrera, Alegría y Mauri. Catorce volantes: Negri, Torresi, Rinaudo, Berra, Carrasco, Scaglia, Capurro, Lizaso, Vergara, González, Azcurra, Esparza, Prioreschi y Strak. Y once delanteros: Weisser, Urbano, Guajardo, Chavarri, Alecha, Ortíz Reyes, Prudencio, Vera, Abraham, Abayian y Zbrun.

¿Cantidad o calidad?

El albinegro tiene hoy diez juveniles en el plantel profesional: Moscaritolo, Carrera, Midolini, Villacorta, Cognigni, Mellado, Emanuel Morales, Ezequiel Avila, Figueroa, Del Prete y Opazo.

Para este Federal A, Cipo necesitaba reforzarse. Al menos con un arquero, un volante y un delantero que sumen a la base existente. Pero refuerzos, que completen el plantel, que potencien al equipo y a su vez a los juveniles.

Lamolla afrontará su quinta temporada en Cipolletti,
retenerlo siempre es uno de los mejores refuerzos.

Alasia cumple sin dudas con los requisitos. Medina también, si no se lo juzga por una jugada en Paraná y sí por integrar esos equipos que arrasaban con Perilli, y por ser líder y capitán para salvar la categoría en 2011 y 2012 en las campañas de Frutos y Morales. Vilce si es el de Unión Aconquija y no el de Chaco For Ever, será muy importante. A Giménez habrá que verlo en acción. Prieto no tiene nada que demostrar, sólo que la experiencia que sumó en los últimos seis años compensen el desgaste físico lógico de todo ser humano.

No hay receta para ascender. Mitre con refuerzos de jerarquía, billetera gorda y grandes aspiraciones, jugó una sola fase mas que Cipolletti. Sólo juveniles tampoco, Rivadavia y C.A.I. descendieron. El equilibrio de experiencia y juventud probada parece ser el mejor camino.

Alvarado por ejemplo se reforzó muy bien, incluso por tener su sede en La Felíz, y sólo por eso, se quedó con los servicios del preciado Albarracín. Pero empezará desde cero, perdió su base del torneo pasado; Cipolletti logró retenerla y reforzarla.

No todos los refuerzos van a rendir. De los 41 mencionados entran en una mano los que hicieron diferencia, y tal vez sobren uno o dos dedos. No todos los juveniles van a explotar, algunos sentirán el cambio de categoría, y otros tendrán mas o menos tiempo de adaptación.

¿Gasto más o menos?

Quería volver, y lo pedía la gente que
espera que sus 30 goles en Cipo
terminen con la sequía de delanteros.

Vale la pena la inversión en formativas, se ahorra en salario, departamentos, se puede evitar traer jugadores "de relleno", y utilizar los recursos sólo en jerarquía. De las decisiones que se toman en el receso, de la conformación de plantel, dependerá el futuro deportivo, para pensar.

¿Dónde están los goles de Cipolletti?

Tomando los jugadores del último plantel del albinegro, la distribución de goles es la siguiente: Weiner 11, Lamolla 8, Taborda 5, Avila 4, Villacorta 3, Maxi Carrasco, Del Prete y Gaitan 2, Mellado 1.

Si bien Cipolletti perdió tres volantes con gol como Negri, Torresi y Marcos Carrasco, el gol está en varios puntos del equipo. En el funcionamiento colectivo estará la posibilidad de un equipo con mayor eficacia goleadora,  algo que escasea últimamente.

La posible actual delantera contaría con 11 conversiones de Weiner, 5 de Taborda, 4 de Avila, 2 de Gaitán, 2 de Sosa y 2 de Del Prete. Como para pensar positivamente, 26 goles es un buen número. La explosión es la llegada de Hugo Prieto que metió en Cipolletti 30 goles, a esperar esa codiciada tormenta para la sequía albinegra, de él o de sus nuevos compañeros.