40 años

Cuarenta años de su vida le dio Pedro Oses al Club Cipolletti. Y no fueron mas porque la desvencijada bicicleta que pasaba todos los días una hora antes de cada entrenamiento, por la esquina de mi casa, un día se frenó.

"Manos mágicas" como cariñosamente lo apodó Gaston Gonzalez, fue un maravilloso masajista que pudimos disfrutar los que tuvimos el privilegio de vestir la albinegra. Pedro además nos aconsejaba a los más chicos, con su mirada noble, y siempre nos bancaba a nosotros, los pibes del club. Desde chico estuve convencido que su remuneración era ínfima por todo lo que el dejaba en el club día a día. Con Gastón en épocas de noviazgos, cuando la mayoría invertía sus momentos libres en conquistas amorosas, elegíamos ir a su casa, a la siesta, a jugar al truco. Y conocimos a Lidia su compañera de vida, encantadora como él. Casa humilde, donde adelante quedaban vestigios de su carnicería, donde de pibe iba a comprar.

Con Fidel, compañero de Pedro, armábamos batallas épicas. Le encantaba jugar con "flor" para lucirse con sus relaciones.... "Ahí llegó Doña Lucha, con una flor en la...." decía... y después venía Doña Loncha... Lidia lo retaba... en forma cómplice.

La mayoría de las veces nos ganaban, pero cuando perdía el enojo le duraba días.

Creo que los años que uno va sumando, en esta vida de locos, donde se ha perdido en gran forma el respeto, los valores, la cultura del trabajo, han hecho que hoy haga una pausa, y si pasara una zaranda por toda la gente que he conocido, seguramente quedaría Pedro.

Es por ello, que humildemente desde mi lugar hoy inicio junto a su familia, un deseo de reconocimiento por parte del Club Cipolletti a sus 40 años de valores que regaló en ese vestuario local.

Sería fantástico si una tribuna, una platea o un palco se llame Pedro Oses.

Pocas veces me he emocionado en mi vida, hoy ha sido una.

Columna de "Juani" Scopel