Un proyecto de la boca para afuera

• La columna de Juan Pablo Quintana.

Este fin de semana viajé a Buenos Aires para participar por primera vez en mi vida de las elecciones de San Lorenzo y de paso ver el partido contra Lanús como visitante. ¿Qué tiene que ver esto con Cipo? Creame que mucho…

Para los hinchas hay fechas importantes, estadios relevantes, momentos inolvidables… para los enfermos del fútbol como nosotros la cuestión se multiplica. En cancha de Lanús vi por primera vez a San Lorenzo en el día del padre de 2000. Ganó 1 a 0 con gol de la vieja Moreno en el arco donde estábamos nosotros. 16 años y medio después volví y realmente me sorprendí. Yo sabía que se habían modificado las entradas y en aquel lugar donde había estado ahora iba el público local. La explicación era más que lógica: ahora esa tribuna está techada. Desde adentro se veía un estadio moderno que cuenta con, por lo menos, 30 cabinas, una pantalla tan gigante como increíble, capacidad para 47 mil espectadores y sí, un campo de juego con un césped natural impecable.

Retrocedí en el tiempo y pensé que cuando veía a San Lorenzo por primera vez, Cipo hacía 15 días que había finalizado su participación en la Primera B Nacional logrando mantener la categoría. Ese año descendieron Gimnasia y Tiro de Salta y Aldosivi por el (mal llamado) Interior. Por la otra zona se fueron a la B Metropolitana cuatro equipos, uno de ellos Temperley… Hoy el Tiburón y el Gasolero juegan en Primera y Cipo en el Federal A. Ellos enfrentan a Boca, River, Racing, San Lorenzo y el Albinegro a Roca, Deportivo Madryn e Independiente de Neuquén…

Pero seguí retrocediendo en el tiempo y me acordé que en algún momento de la historia Cipo enfrentó a Lanús en el Nacional B. Es más el 12 de diciembre del 87 le ganó en su cancha por 3 a 2 en partido que perdía 2 a 0. En un tiempo cuando Lanús se acomodaba en Primera desde Cipo lo veíamos como lo vemos ahora a Patronato o a Aldosivi (ni siquiera nombro a Godoy Cruz o a Olimpo que mal que nos pese ya están acomodados en la división elite).

Y no se crea que Lanús la tuvo fácil. El Granate estuvo jugando en la Primera C y de allí llegó a este momento que es el mejor de su historia, porque es el actual campeón del fútbol argentino y volverá a participar de la Copa Libertadores de América, entre otras cuestiones. Claro, empezó a trabajar en serio dándole importancia a las divisiones formativas pero no de la boca para afuera, no necesitó repartirle a los medios un folleto y repetir cada tres segundos la palabra “proyecto”. Lo que hizo fue recapturar jugadores juveniles y ayudarlos, creó una pensión y le dio lugar a sus chicos. Los pibes quisieron quedarse en el club y además pudieron porque encontraron respaldo desde los dirigentes.

En Cipo los pibes se van a rolete, este año se fueron algunos a Comodoro Rivadavia, entre ellos el goleador Lautaro Cofré y Nehuén García. Acaban de renunciar algunos técnicos de las divisiones formativas y por más que lo dibujen afirmando que son “problemas personales” todos sabemos que lo económico tiene mucho que ver. “Al que no le gusta que se vaya” habría dicho un alto dirigente cuando le plantearon que el pago era insuficiente... y se están empezando a ir.

Hace años que se habla de que el nivel de la Liga Confluencia es muy bajo pero cuando hay que discutir el formato del torneo, el delegado albinegro no está presente; tampoco se jugó este año del sub 15 que organizó el Consejo Federal y ni siquiera se participó de todas las categorías del Mundialito.

Sin dudas que el surgimiento de Valentín Perales fue apenas un oasis en el desierto; varios son los jugadores de la región que sin pasar por el Club llegan a Primera arrancando por Marcos Acuña y la lista es larga.

Seguramente no debe faltar mucho para que comiencen con las obras de la tribuna voladiza que se prometió hacer con el dinero de Perales sobre la calle O´Higgins.

Mientras al Granate en el 2017 lo miraremos por Fox y en el Albinegro se preocupan porque CipollettiTV no transmita. Está claro que para pelear el ascenso los juveniles deben tener un respaldo porque la dicotomía: jugar con chicos de la cantera vs. un plantel de experiencia es una gran falacia. 

Se necesita de las dos cuestiones. Primero un verdadero proyecto de inferiores que los prepare para jugar competencia de AFA acompañado de jugadores de jerarquía. En ese momento se escasea de las dos premisas. Y mientras vemos como Lanús crece a pasos gigantescos en Cipo se le niega el pago del colectivo a un juvenil y nosotros soñamos con que en algún momento también podamos votar todos los socios que seguimos haciendo de Cipo el más grande de la Patagonia.