- La columna de Juan Pablo Quintana.
A fines de la década de 90 Cipolletti peleaba el descenso en la Primera B Nacional, descenso que se materializaría en el 2001 con la promesa de volver lo antes posible. Claro, al descenso se fueron los pibes porque “los grandes” se borraron como siempre…
Cuando todavía estaban los “grandes” y el equipo no sumaba, desde la popular se escuchaba uno de los cantitos más ingenioso que he escuchado: “sáquense la camiseta y dénsela a la hinchada que juega mejor”. Era una forma muy clara de decir “no me gusta” sin caer en la facilidad del insulto.
Desde el miércoles a la noche tengo ese cantito en la cabeza… sé que sería más fácil no compartirlo, que a más de uno no le va a gustar lo que escribo, que sería más cómodo quedarme en el molde y esperar que la historia se dé vuelta… pero no puedo, no me sale… más allá de que la serie de la Copa Argentina pueda cambiar de rumbo la imagen que dejó Cipolletti en el Maiolino, que se parece muchísimo a la que dejó en gran parte de 2018, no se borrará tan fácilmente.
Intentaré ser más específico. El arco es un puesto muy injusto por eso cada oportunidad debe ser optimizada al máximo. Facundo Crespo no lo ha hecho. Nunca brindó seguridad y de los seis partidos que jugó sólo en uno pudo mantener la valla en cero. Cuando Raúl Ruiz debutó en Mar del Plata allá por enero de 2005 la rompió y lo siguió haciendo hasta que se ganó el puesto y casi llegó a defender el arco albinegro en 200 oportunidades. Eso es lo que debe demostrar un arquero que quiere defender el arco albinegro.
La preocupación es mayor con la defensa y fundamentalmente con los centrales que frente a Roca fueron una obra de terror. No les alcanzó con el primer gol del local sino que la completaron en el segundo que fue clave para perder el miércoles.
La roja de Gabriel Chironi es inentendible. El mediocampista con 111 partidos es el jugador que más defendió los colores albinegros en el plantel actual, sin embargo, su expulsión es la de un jugador amateur. Irresponsable por donde se la mire: no sólo dejó el equipo con uno menos en un momento clave del partido sino que además se pierde la revancha.
Arriba sigue faltando peso. Esto se gana con goles y a Cipo le cuesta mucho. También le cuesta generar juego y es ahí donde deberá hacer hincapié Gustavo Coronel. En los últimos 400 días han sido más malas que buena para Cipo que sigue peleando por no descender.
La derrota en el Luis Maiolino fue una muestra más de un momento muy oscuro en la historia de Cipo, tanto que uno se queda pensando que la hinchada juega mejor…
