La importancia del minuto cero

Fotógrafo Ariel Arias.

• La columna de Juan Pablo Quintana en Cipo Pasión Radio TV.

Toda historia tiene un comienzo y para que el final sea el esperado, la base debe ser sólida. Los grandes sueños se construyen precisamente sobre pilares firmes, que son los que deben aguantar los avatares del camino. Y más si se sospecha que el camino no será sencillo.

 

Cada inicio de temporada lo encuentra al hincha de Cipolletti ilusionado con llegar a la B Nacional. Muchas veces, fundamentalmente en los últimos años, esta ilusión debía encontrar argumentos en su historia, en su gente y todo lo que significa Cipolletti en el mundo futbolístico del interior del país. Este inicio de temporada es distinto. Huele a otra cosa. Tiene otro gusto.

 

Es que haber llegado a semifinales en el torneo pasado te da otro talante, otra estirpe, otra presentación. Queda la sensación de que se podría haber dado. Que llegar a la Primera B Nacional no es una utopía.

 

Tampoco hay que creer que el camino será sencillo y que se ascenderá por decreto. Todo hay que demostrarlo en la cancha y para ello es fundamental armar un equipo que tenga su propia identidad.

 

La mayoría del plantel ya ha jugado en el césped sintético y más allá de lo que todos ya sabemos, habrá que acostumbrarse y poderle sacar “jugo” a la localía. Si el equipo se siente más cómodo jugando como visitante, perfecto, pero de local no hay que dejar puntos en el camino.

 

La vara está más alta y la gente demostró que si se hace una buena campaña, acompañará. Es tiempo de demostrar que no fue casualidad llegar a semifinales. Es el momento de que quede claro que Cipolletti se parece más al de los play off que al de la fase regular, con segunda ronda incluida.

 

Si los caprichos quedan de lado. Si se aprende de los errores. Si los refuerzos son refuerzos y no incorporaciones, habrá chances de soñar con algo grande. Señores: los penales ante Gimnasia de Mendoza ya son parte de la historia, ojalá que con el paso del tiempo lo recordemos como el principio de una historia hermosa, tan hermosa como estos 90 años que transformaron a Cipolletti en el más grande de la Patagonia. El minuto cero está en marcha. El sueño de volver, también.