- Tras 13 temporadas y más de 250 partidos, Jorge Cid dice adiós.
- "Los últimos meses fueron muy duros, ya no tenía ganas de entrenar. Gracias a Dios no descendimos".
Paradójicamente su carrera en Cipolletti tuvo su principio y su final marcado por el fantasma del descenso. Jorge Cid debutó en el Albinegro el 12 de noviembre de 2000, en el 1–1 ante Gimnasia de Concepción del Uruguay que dejó último al equipo en la B Nacional del Loco García. Y su último partido con la misma casaca fue el domingo pasado, ante Libertad de Sunchales y después de esquivarle a la caída de categoría.
Con más de 250 partidos en Cipolletti, el Máquina dice que se hartó. Se hartó de las peleas internas entre dirigentes y ex dirigentes, de los egos, de las rebajas de sueldos. De todo un poco. No quiere retirarse y buscará, a los 31 años, jugar en otro equipo de la zona, pero sabe que el tiempo en el club de sus amores se agotó.
–En Cipolletti no jugás más.
–No, es una decisión tomada. Fueron más de 13 años (llegué a probarme y quedé en el '98), es mucho tiempo y ya no tengo ganas. Fue demasiado el desgaste del último tiempo, muchos momentos malos: lo económico, lo futbolístico, se juntan muchas cosas... El hecho de renegar todo el tiempo por la plata hace mal.
–En el inicio del año habías amagado con no jugar más.
–Sí, en enero había decidido no jugar más cuando me enteré que nos iban a bajar los sueldos. Yo les dije a los dirigentes: 'si me recortan 100 pesos, me voy'. A mí me mantuvieron lo que ganaba, pero ahora de nuevo es todo dudas. Lo que pasa es que si no hacés una buena campaña, lo primero que hacen es tocarte el salario, cuando a nosotros nos costó demasiado tener uno digno. Se cobra mal, los sueldos son bajos... Duele irse, pero lo hago con la tranquilidad de que dejé todo para que al club le vaya bien, que no me guardé nada.
–Se dijo que te ibas por desacuerdos con los dirigentes.
–Hay de todo, las cosas se vienen haciendo mal hace mucho tiempo, sobre todo en el plano dirigencial, pero también en el deportivo. Me gustaría que se llevara adelante un proyecto serio, a largo plazo, sobre todo en las inferiores, que se han descuidado mucho. Creo que fue una buena definición poner a Lorenzo (Frutos) ahora de coordinador.
–Lo que siempre se dice es que no hay gente que ponga dinero.
–Y sí, pero cuando están sólo les interesa el protagonismo. Los egos son grandes. Nadie viene a poner plata con perfil bajo. Acá ahora venden fideos para juntar plata, cuando Cipolletti debería ser otra cosa, es demasiado grande para eso. Pero al parecer es la única que queda.
–Será un cambio grande.
–Sí, son muchos años, pero es algo que tengo decidido. Los últimos meses fueron duros, ya no tenía ganas de entrenar. Menos mal que zafamos del descenso.
–Salir a buscar club a esta altura de tu carrera no será fácil...
–No, a los 31 años cambiar de aire va a ser complicado. Pero tengo ganas de seguir jugando y de recibirme dentro de poco (le falta aprobar cinco materias para el Profesorado de Educación Física). Sé que a mi edad va a ser casi imposible volver a Cipolletti, es difícil, pero es una decisión que tenía que tomar.
Sebastián Busader, para Río Negro.
